Muchas veces no nos damos cuenta de que hasta el más insignificante detalle es una gran bendición de Dios para ti. ¡Felicidades, sobrina! ¡Que sean muchos más!
¡Eres una bendición de hijo! Poco a poco te vas convirtiendo en un hombre maravilloso. ¡Gracias por darnos la felicidad de ser tus padres! ¡Feliz cumpleaños!
Siempre quise una sobrina como tú, y que estemos lejos no va a hacer que ese sentimiento cambie. ¡Felicidades, querida! ¡Una lluvia de bendiciones para ti!
A Dios le agradezco que seas mi esposo, y celebro cada año de tu vida como si fuera el mío. ¡Te espero cuando vuelvas con tu vino preferido y la mejor fiesta! ¡Te amo!